Es de recibo pensar que ese comentarista tenía poca o ninguna idea acerca de la biografía de Heston y del impacto que tuvieron en él los proyectos cinematográficos distópicos en los que participó a partir de la década de 1960. Tampoco conocía, probablemente, el nivel de obsesión al que habría llegado el actor: cuando Heston murió el 5 de abril de 2008, a los 84 años, uno de los datos que trascendieron fue que era propietario de un búnker preparado para un eventual apocalipsis.
Durante los años sesenta, Heston fue un reconocido simpatizante del Partido Demócrata. Participó en la marcha sobre Washington por los derechos civiles de 1963 y escuchó el célebre discurso de Martin Luther King, conocido como “I have a dream”. Pero durante aquella época, como tantos otros, tuvo su primer contacto con futuros distópicos y la posibilidad del colapso de la civilización humana. (pincha aquí para seguir leyendo)